Salir de un festival de música con los pies exhaustos, la garganta afónica y el cuerpo cansado está bien. Es comprensible. Pero lo verdaderamente indispensable son los insights que te dejan las horas bailadas, el cúmulo diverso de estímulos, la ráfaga de ritmos disímiles, el abrazo de la música, los beats, las sonrisas, los encuentros.
El fin de semana pasado Voices From the Lake nos regaló un festival lleno de fiesta, excelente audio y energía en la producción y ejecución. Además de lo vivido, que fue mágico y poderoso, nos queda la reflexión. Acá unos apuntes.
Hace cuatro años escribí sobre el VFL que es uno de los festivales a los que hay que prestar atención porque tiene el potencial de convertirse en el festival de música electrónica más importante de la región. Esto, por cómo está articulado y por los precedentes que tiene. Además de line ups poderosos de ediciones pasadas: Helado Negro, Chancha Vía Circuito, Photay, Pick a Pipper, Elektro Guzzi... y sumado a la experiencia de Cube Rec trayendo a DJs como James Holden, Miguel Miggs, Satoshi Tomiie, Henry Saiz, Michael Mayer, Brad Weber, Christopher Willits, etc.
Este año, el line up con 35 DJs y más de 24 horas de ambientación sonora hablan por sí solas. El niño ya va por su cuarta edición.
Los tres escenarios se conceptualizaron en conjunto y de forma independiente: SIMS Stage con un feelin más club de tech-house-progressive, BAMBU Stage de forma más intimista-experimental y Mazukamba Stage con sincretismo entre folktronica cumbiera, house étnico y downtempo tropical.
Definitivamente, el lugar tiene un aura que lo consagra. Para este año, como en otras ediciones, los tres escenarios funcionaron bien y se lucieron con su escenario mayor donde se incorporó a la producción: los queridos Mazukamba Beats. El tránsito de gente estuvo ligero por momentos, pero me disfruté ese leve respiro que te da no sobrepoblar un hábitat sonoro. Eso sí, a los caminos les faltó un poco de iluminación, pero es comprensible ya que es una reserva y entre menos se toque el entorno, mejor.
Lo que más me disfruté fue ver el flujo de público diverso, el encuentro oportuno con amigos en común y las conversaciones que sostuve con amigos queridos con los que siempre se forjan proyectos y una nueva forma de comunidad. Gracias por eso, VFL.
El único inconveniente que le encontré al festival fue la cantidad de DJs divididos en 3 escenarios. No logré verlos a todos. Creo que podrían ser menos con el afán de iniciar más tarde y no tan temprano.
En cuanto a música me disfruté todo lo que vi: Mixa, Hentze, Ocarimbo, Aerofustán y Shantidelica de Guatemala en el escenario al aire libre con visuales del gran Parutz.
También me gocé a Phran de Venezuela con su eclecticismo tropical, Dúo Keene de Panamá con house playero, Kadosh de Israel con una mezcla llena de sorpresa y por supuesto los esperados Adana Twins de Alemania con un set ceñido, milimétrico y poderoso. El cierre del sábado a cargo de Mike Rowave estuvo impecable y elegante. Un excelente set y guinda en el pastel junto al set de Casta el día domingo, con una frescura de vinilos que me recordó al querido y entrañable José Raúl Gonzo.
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Regresando a los apuntes, hace unos días tuvimos un excelente Live con Casta y coincidimos en que la música es la punta del iceberg. Por debajo hay engranajes y rituales que hacen funcionar la fórmula. Eso siempre es así. Los festivales y venues y disqueras funcionan así.
Siempre nos pasa con el querido Casta que nos da por hablar de todo lo que rodea a un álbum, un track, un festival. Ahí radica la sinergia de nuestras conversaciones. Las opiniones se enriquecen y fortalecen.
Regresando a la importancia de los demás engranajes y rituales, creo que es necesario mencionarlos para avivar la combustión de futuros proyectos. El primero de ellos es la sostenibilidad o viabilidad que hacen posible al festival. Aquí estamos hablando de una red o networking que se ha venido construyendo desde hace más de una década con productoras, venues, disqueras, puestas en escena, experimentos y un festival importantísimo: SMA (Semana de Música Avanzada); que a mi criterio marcó los cimientos de un VFL mucho más digerible para el público y enfocado a la celebración propia del baile. Es decir, más robusto en escena, pero más ligero en profundidad y ponderación.
Esto nos lleva a otro de los engranajes principales que creo está muy bien lubricado: la colectividad o comunidad.
Pues esta gran red de productores, managers, gestores, comunicadores, documentalistas, voluntarios, DJs y demás artistas lo enriquecen con una fuerza única que se ve reflejada en los carteles de sus redes sociales y en la disposición con la que todo gira alrededor de las intenciones del festival. Esta red comunitaria nos da la posibilidad de soñar, abrillantar y avanzar hacia adelante en conveniencia con el fin común.
Pero esto no siempre se ha logrado si lo vemos desde asuntos presupuestables. Desconozco facturas y recibos internos, pero sé que los sueños siempre se han cumplido desde un punto estrictamente funcional.
Lo interesante aquí es la suma de dos proyectos que también han enriquecido a la escena: Mazukamba Beats con Hentze-ChéJulio-Parutz y Solemne/Club Azul Rosa con sus headlights: El Patojazo-Fabio me llaman soltero. Creo que este es un excelente punto a favor para FVL, sobre todo por los nuevos públicos, relaciones públicas y sus tentáculos sonoros: los DJ's residentes en sus filas. Esto le suma muchísimo a la escena y abiertamente le da la posibilidad de enriquecerse, fortalecerse y expanderse a otros territorios.
Pero bueno, no quiero sonar aburrido ni quiero parecer vendedor de oropel. A lo que voy es que el VFL es un gran festival -como lo demostró el finde pasado- que tiene un potencial enorme para convertirse en "el festival de la región".
Como conversamos en ese Live con Casta, no tenemos nada que envidiarle a otros festivales en Berlín, Barcelona, Ámsterdam, Dinamarca, Bélgica, Michigan. Solo es de evidenciar y enumerar las necesidades para unir fuerzas, ordenar, delegar, construir y accionar.
Por si me preguntan: ¿Qué tal estuvo?
Mi respuesta: mágico, necesario, revitalizante y A S T R A L.
Fotos por Live In Fest
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