El hedonismo es lo mío. Comer, beber y reír hasta quedarme idiota. Ese placer. Con los años le he dado la vuelta a muchísimos menús de burgers en Guate y siempre entro en el duro territorio de "la mejor burga".
Me he probado las más obscenas, las más proper, las más armoniosas... Y siempre me preguntan lo mismo: "Pablito, ¿cuál es tu burga fav?". Antes de soltar mi lista hago esta intro. Scrolléenla si quieren. Todo bien.
La mezcla perfecta entre pan, proteína y complementos es clave. Contrario a lo que muchos piensan, no todo es gran tamaño ni sofisticación de ingredientes o salsas locas. El secreto está en el balance exacto de proporciones, sabores y texturas que se amalgaman. Un buen pan es clave, que soporte líquidos y peso de la carne, pero también lo jugoso de una buena torta o las salsas. Y no de menos, ambiente o experiencia.
«Al final, una hamburguesería es como una gran ciencia... pero bastante empírica y muy "arte in situ" de lo que la gente más pida».
Video de Mister Menú para la revista Foodie Tour
Por varios años hice un Top Burger donde me la pasaba comiendo y escribiendo todo el día. El top murió porque sentí que no terminaba nunca de probar todas. Pasaron años y la cultura de burgas en Guate fue creciendo. En esa búsqueda por las mejores hamburguesas de Guatemala me topé con varias que me sorprendieron y dejaron quieto. Estas tres son imprescindibles. Luego vinieron más.
Querido Combo
Lejos están aquellos días en los que tenías que seguirle la pista a la Combi los fines de semana, para saber dónde estarían parqueados y probar sus bolas de carne dentro de los panitos artesanales. Desde hace un tiempo los QC tienen su espacio propio y se lo han ganado con burgas creativas, finas y groserísimas. Sus tortas clásicas envueltas en tocino ya son un festín de la guatecultura hamburguesera, pero lo que no nos esperábamos es que fueran a meterle pan de dona glaseada o un smiley a su pan esponjoso. ¡Ahí sí su madre con el bacanal de sabores y texturas que se sienten en boca! La Fat Burger, la Pulled Pork y la de pollo frito son una delicia... pero la Burgidona es un MUST para vivir una experiencia "casi religiosa".
Opíparo
Si algo tiene Opíparo es que ha crecido mucho desde que abrió hace ya más de 5 años. Su eslogan dice "comida honesta"... y lo es. Incluso, hace poco, le añadieron el hashtag #ComéBurger y todo hace sentido. El menú ha ido modificándose entre alitas, tacos y costillas; pero estoy 100% seguro que sus burgers han ganado terreno porque lo merecen. La Gorda, La Flaca, La Nueva, La Sin Nombre ya son clásicas dentro de la cultura hamburguesera -además de las especiales en colaboración o La de pollo frito-. Todas están bien aderezadas con producto fresco, pan esponjoso, mayos poderosas y acompañadas de papas fritas sin pretensión. Cada una es un deleite ostentoso y te deja mula, pero con ganas de chela artesanal... porque las tienen. Además, hay coctelitos llenos de mixología que valen cada centavo la experiencia y es de mis spots favoritos de zona 4 pa quitar la goma, pasarla chulo y saludar al Chino Cocinero que abrió su otro gran resta en La Antigua: Tenemos la barriga llena junto a otro cocinero querido: Mario Godínez.
Gula Burger
Otro clásico con historia en zona 4. Empezó en un rinconcito minúsculo y hace un tiempo se pasó a la par. Eso le ganó más clientes porque caben más clientes. El menú, digamos que aún conserva ese festín íntimo de los inicios, pero la inteligencia le ha ganado un ya clásico Pollo Frito (estilo coreano) para chuparse los dedos. Pero volviendo a las burgers, Gula podría ser el mejor secreto de hamburguesas de toda Guate. Su clásica Mac & Cheese es una puta grosería. Y por otro lado, su Gorgonzola y Aguacate son lo máximo. El mismísimo Juan Luis Vásquez está ahí para preguntarte cómo va todo (cuando no está en SnackBar, una joya para comer pastas caseras) y si tu experiencia está siendo "la experiencia". En resumen: Excelente producto, buena energía y muy buena música que termina de aderezar o maridar la experiencia.
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