Hay autores que te marcan: Kafka, Camus, Sartre, Proust, Joyce, Borges, Pynchon, Selby Jr, Foster Wallace, Palahniuk, Onetti, Cortázar, etc. Pero hay libros de los que no salís ileso, no volvés igual. Luego no sabés si volver a leerlos o quedarte con ese morbo de la primera vez. Acá mi lista.
Breve y sin espoilear, ni ponerme profundo como académico, intentaré esbozar rasgos fundamentales, más bien insights personales de estos librazos que considero joyas de la literatura. Vamos por orden de publicación.
Viaje al fin de la noche - Louis-Ferdinand Celine, 1932
Con un lenguaje directo y sin adornos, la gran novela te sumerge en violencia triste y desencantada, pero con la esperanza impregnada en todas sus páginas como hilo conductor. El ritmo -desafiante, veloz y salvaje- está lleno de jerga que estimula. Cuando lo leí, solo pensaba lo genial que sería escribir como LFC. Un libro que no se olvida, pero no me animo a releer. A lo mejor le entro un día de estos; con la esperanza que todo sea menos deplorable.
Sexus - Henry Miller, 1949
Más que Trópico de Cáncer, este me parece una belleza por su estruendo narrativo y su honestidad viva. Como lo dice el nombre es sexo, sexo y más sexo. Pero narrado como nunca antes se había abordado. Mucho erotismo, sí, pero más que eso imaginación, transgresión y contundencia. Lo complementan Plexus que es el eje que justifica la escritura y, Nexus, que contrapone la vivencia exquisita. De esos libros que me tientan por el erotismo, pero, prefiero un porno romántico.
El guardián entre el centeno - J.D. Salinger, 1951
¡Ay, este libro! Este sí me lo releí varias veces de semi adolescente y semi adulto, pero no sé si lo volvería a leer. Prefiero quedarme con la ternura, a sumergirme de nuevo en su abismo. Porque sí, es extraño como te conecta con Holden, el chiconiño personaje, ser innombrable y nada entrañable o admirable, que es producto punk que patea cosas y tiene una profunda incertidumbre: los patos del Central Park. Pero es atinadísimo. Todos tenemos cuestiones que nos afligen. Eso es el libro.
Yonqui - William Burroughs, 1953
Un libro de drogas, drogas y más drogas. Como una manual, te va relatando esa agobiante relación -y adicción- con la supremacía absoluta de no estar despierto en esta vida agonizante y recurrente. Por esa la narración se vuelve magistral con un Burroughs "en su momento" literario, más que el salvajismo de darlo todo por un pinchazo. Una novela transgresora para la época e iniciática en muchos para la literatura beat. De Nueva York a Nueva Orleans a México a Colombia. ¡Vonós!
En el camino - Jack Kerouac, 1957
Si algo me marcó en estilo de crónica literaria es esta belleza poética. Con su beat único y lleno de ritmo, JK nos inserta en su descabellado viaje por todo EU al ritmo de una narrativa que nunca había leído antes. Guaro, sexo, orgías, poesía, angustia, subversión, hedonismo con sus mismos compitas de viaje beatnik. Libro que si no te atrapa, en algún momento lo hará. Un indispensable. De esos que dan ganas de "agarrar carretera, soltarlo todo y vivir". ¿Podría de nuevo? No sé.
Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones - Charles Bukowski, 1972
Un libro que te prende en sexo, porque Chinaski tiene eso, la gran facilidad de volverlo todo sexual sin inhibiciones de nada. Así es su narrativa, su manera de contar las cosas -mucho más poderosa que el realismo sucio de sus antecesores-. Un libro hermoso de relatos, caliente y delirante que leí en mis momentos más jevis de cocaína, sexo fastuoso y madrugadas alcohólicas. No lo volvería a leer porque me recordaría muuucho... y ya no estoy para esos trotes.
Menos que cero - Bret Easton Ellis - 1985
Otro épico que me recuerda a la época dura donde salíamos del club electro a un penthouse o a una pocilga yonqui, pero armados de guaro y drogas hasta los dientes. Dispuestos a ver el amanecer dos o tres días seguidos. Muchísimo de eso tiene Less than zero, pero narrado desde el dealer con la premisa narrativa que nadie -NADIE- en la literatura había logrado contar. Es un valioso documento de la high society sumergida en el abismo. Mucha coca y fiesta. Mucha música. Mucha desolación.
Las partículas elementales - Michel Houellebecq, 1998
Definitivamente, uno de mis favs. La gran capacidad de MH en hilvanar estados conscientes e inconscientes del ADN contemporáneo, esas magmas que heredamos y nos queman, esas pasividades que normalizamos, esa indiferencia que nos define. En fin. Muchas cosas. Pero narradas con un humor que resulta hasta incómodo, sí, pero real y contundente. Así asimilé al francés, como un cuarentón al que la vida le vale verga porque ya fue. Kafka y Sartre y Camus están presentes.
BONUS
El tiempo principia en Xibalbá - Luis de Lión, 1972
Desgarrador y único, es un libro que te golpea sin aviso. Luego caés en cuenta lo jodidos que estamos como sociedad, y asimilás de a sorbos todo ese eco resonante que tiene la religión, el sincretismo, las diferencias étnicas, la imposición colonialista, la historia, etc. Un librazo lleno de símbolos, metáforas y experimentación que sobrevuela en muchas dimensiones, sobre todo la del colonizador, el criollo, el ladino y el indio. Narrado con erotismo y lenguaje del día a día, LDL me caló profundo, directo a la herida que heredamos de nuestra historia -la que aún persiste-.
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