La música latina tiene un enjambre de ritmos que la llenan de sincretismo, power, originalidad y potencia. El último disco del venezolano —Cuatro estaciones, publicado a finales del año pasado— tiene algo más que baladita romántica y pop urbano. Cuenta una historia, y de ese storytelling trató su último concierto.
El pasado sábado 29 de octubre, Lasso se presentó en Guatemala con un público lleno de energía y mucha historia que escuchar como parte de su "Algodón World Tour 2022". Sus más de 10 millones de oyentes mensuales en Spotify confirman que su música ha calado corazones rotos y enamorados. Guatemala no fue la excepción.
Sus más famosas ("Ojos marrones", "Un millón como tú", "Yo-yo", "No pares de bailar" y las más pegajosas del último disco: "Rompecabezas", "Kamikaze", "Subtítulos", "Ibuprofeno", Vamos a mi ritmo" y "Hasta ese día" fueron coreadas entre pausa y pausa; como un show interactivo donde el venezolano intervino el Verano, Primavera, Otoño e Invierno para contar una historia magistralmente hilvanada.
La historia fue la de Pamela y Andrés. Una relación tóxica narrada canción a canción con insights, bromas, interacción directa con el público y una ráfaga de flashbacks personales con los que me disfruté el toque de principio a fin. Y eso que solo me sabía uno o dos canciones.
«En las más de 20 canciones, Lasso nos dejó entrever rasgos comunes de toxicidad en relaciones, vida cotidiana y el desamor en los tiempos del Netflix, Instagram y Spotify».
El chico conoce a una chica en un sushi bar. La chica está cansada de las relaciones. El chico también, pero quiere enamorarse. Él la busca insistente. Ella lo manda directo a la friendzone. La historia son canciones y los personajes son canciones. Andrés se llama el chico. Pamela se llama la chica. Ellos también son parte del público y dialogan junto a Lasso, que los va dibujando poco a poco junto al mejor amigo, Axel, y luego Ken, la supuesta sorpresa con la que casi... finaliza el concierto.
Pero hay una última sorpresa, el nuevo amor del que Andrés vuelve a sentir y a componer música nueva.
«De eso trató la velada. De amor y desamor. De cómo anestesiamos recuerdos viejos por nuevos. De cómo sobrellevamos la música a través de relaciones. Y viceversa. Ese soundtrack».
En resumen, otro concierto exitoso por 2 Mundos junto a Cerveza El Zapote que nos mostró a un gran compositor que compartió escenario con locales Cami Orantes y Sebas Bárcenas que la prendieron.
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