Conocí esta banda mientras buscaba en internet a José González, su frontman. Era el 2011 y aún no usaba Spotify para encontrar música. Desde las primeras canciones quedé hipnotizado con un alarido nostálgico atrapado en el pecho. Todas las estrellas, todos los inviernos y todas las auroras boreales vibraron conmigo. Inmediatamente —y con un halo hasta poético—, se volvió en mi hallazgo favorito de ese entonces.
Para hablar de Junip es necesario hablar de muchas cosas: sintetizadores análogos, música folk, migración, transnacionalismo, racismos, clasismos, primer mundo, política, Suecia, Latinoamérica, el amor, el invierno escandinavo, la nostalgia, los años setenta, la nueva psicodelia, los ecos, los reverbs y, claro, José González.
«La primera vez que escuché a José González fue culpa de The Knife covereando Hearthbeats, que después se volvería un éxito hermoso».
Junip, la banda con la que el sueco-argentino se inició en la música en 1998 es caso aparte. Este proyecto se vio interrumpido por su carrera solista, pero contrasta efusivamente con los tres buenos discos de JG —Venner (2003), In our nature (2007) y Vestiges & claws (2015)— donde abunda un indie folk muy bien elaborado como los grandes Nick Drake y Elliott Smith; o más recientes Bon Iver, Feist, Murdoch y Kings of Convenience que juegan más con pop. En sí, música bien hecha. Sensible. Autónoma. A guitarrazos.
Contrario a JG, los Junip suenan somnolientos, encerrados, optimistas, delirantes y hasta bieeen drogados.
Con solo dos discos verdaderamente hermosos, introspectivos y poderosos —Fields (2010) / Junip (2013)— sus beats alcanzan dimensiones exquisitas mucho más honestas a bandas que se autonombran psy folk.
«No quiero nombrarlas porque sería redundante. Pero tienen que ver con neohippies, "nueva" nueva Inglaterra y merchandising disquero».
Regresando al trío sueco... su primer álbum es fulminante, pero cauteloso. Abunda la armonía y melodía. Es un trance divino que acaricia a cualquiera y, el mejor ejemplo es "Without you" donde el Moog salpica LSD por todo el cuerpo. Pero también están "Rope & Summit", "Howl" y "Old point" que como mantras salvajes resultan poderosas en el viaje introspectivo a la nostalgia que vuelvo a mencionar, les sobreabunda.
Ya para su segundo disco presiento que JG como solista influyó mucho y surgió efecto por su gran éxito en ventas. La agrupación se notó más salvaje y comprimida. En el disco abunda estruendo de bajos y artilugios que, me consta, están alineados al viaje. Las mejores para disfrutar: la hermosa "Line of fire", la loopeada y favorita "So clear", la optimista "Your life your call" y la cautelosa hermosa "Walking lightly".
Todas surten efecto, pero para allí acaba el disco. El resto es folk muy JG que se pierde entre dos mejores covers que le escuchado: "Teardrop" de Massive Attack y "Love will tear us apart" de Joy Division. Y aunque JG tenga música nueva para este 2021. Se extraña a Junip. Porque sí, era una belleza de banda.
El nuevo se titula Local Valley. Está completo. Mellow. Sutil. Pero sigo extrañando el paquete completo.
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