Tengo alrededor de 5 años metido en el mundo mágico de la cerveza y no me quejo. Mi primer artículo fue para Mr. Menú en un tour guiado donde maridamos chelas belgas con platos de diferentes menús.
Lo llamé Mi tour con las belgas porque fue como andar turisteando con cuatro belgas en restaurantes de comida italiana, asiática, española, fusión y orgánica. Fue algo ecléctico y divertido con las recién llegadas al mercado de Guate: Hoegaarden, Stella Artois, Leffe Blonde y Leffe Brune. Hasta ese año, solamente encontrabas chelas de la Cervecería Centroamericana en los supermercados y las de Ambev empezaban a llegar a algunos bares o restaurantes. Cadejo tenía algunas de sus chelas de línea en el super y encontrabas importadas en: Birra Bier (zona 14), Toko Baru en La Antigua y el desaparecido Sensi Di Vini.
«Hablar de nuevos estilos de cerveza en un país donde conocíamos solo Lagers industriales significó mucho en esa época. Sobre todo para los cocineros, porque les presentamos nuevos maridajes—».
Pues ese fue mi inicio hablando de chelas. Para escribirlo tomé unos cursos introductorios sobre la historia de la cerveza, la importancia del agua y los estilos de cervezas belgas —que tienen una larga tradición desde el siglo XII—. Luego empecé a comprar libros y a leer muchísimo en internet. Viajé a Costa Rica y me metí de lleno. En ese entonces, Costa Rica ya tenía una cultura cervecera con varias artesanales que incluso se vendían en supermercados. Al regresar tomé más cursos, seguí leyendo y probando diferentes chelas cada vez que pude. Es la única manera de confirmar todo lo leído, si no estás en un círculo del que nunca se sale.
Pero salí. Y desde entonces he dado charlas e incluso cursos privados sobre su historia. También he hecho catas, maridajes y abrí un perfil en Instagram -recuérdenme actualizarlo- donde hago menciones a chelas artesanales de Guate porque la idea es apoyar todo el movimiento y la cultura local.
El propósito de este brevísimo artículo es una mera introducción al mundo de la cerveza, que, aunque no creás, abarca la historia de la humanidad desde los primeros fermentos con granos en el año 6.000 A.C. aunque algunos historiadores en investigaciones recientes le apuntan al año 10.000 A.C. con fermentos de cervezas mucho más primitivas con derivados de cereales en regiones de África como la Kaffir e incluso en China antes del famoso Kiu que data del 7.000 A.C. cerca del Hidromiel, la primera bebida alcohólica.
Si bien el origen de la cerveza se cree fue accidental y está asociado con la creación del pan, esta bebida sigue siendo la más popular alrededor del mundo desde entonces. Sin embargo, no es la bebida alcohólica más consumida en el planeta. Está por detrás de los destilados: jinro o licor de arroz, vodka o licor de papa, rhuan khao o ron tailandés, brandy o vino destilado, ron o licor de caña de azúcar, whisky o añejo de malta de cereales. Después de la chela le sigue el vino o fermento de uvas, que también está conectado con la historia, pero que en investigaciones recientes se confirma que la chela es más antigua.
La fermentación de cereales es, sin duda, un parteaguas en la historia y una necesidad para la civilización por sus efectos relajantes, nutritivos, higiénicos y hasta sociales. Es alucinante recorrer toda su historia.
En la próxima parte de esta nota te comparto cinco datos que la conectan directamente con la historia de la humanidad. Además de algunas curiosidades que siempre menciono en las charlas o ensayos sobre chela.
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