Si algo me disfruto del medio restaurantero es su creatividad y talento, también cómo se las ingenian para resolver en crisis y responder ante la competencia. Pues las Fridas son mujeres que admiro y con quienes hemos compartido risas y mezcales. Son excelentes empresarias que no piden permiso... ¡hacen las cosas!
Semanas antes de que se cerrara el país por la pandemia, Fridas hizo un deschongue por la apertura de su nuevo local en Plaza La Estación. La fiesta nos les duró mucho por el cierre "covidiano", pero eso propuso reinventarse con el servicio a domicilio y todas las nuevas estrategias que venían cocinando desde antes de pandemia. Nueva imagen y comunicación en redes. Nueva chef y nuevos platos llenos de color e ingenio.
Las Fridas siempre han sido innovadoras, ese es su lema. Hace unos años escribí un artículo y grabamos un Podcast con Mr. Menú sobre las Fridas. Aquí conocí su historia que tiene que ver con valor, improvisación y perseverancia. Escuchen el Podcast y lo disfrutarán entre mezcales, risas y rancheras.
También me invitaron a entrevistar al querido Rubén Albarrán de Café Tacvba para su fiesta de aniversario y saqué una nota llena de ritmo. Por último, y ya en esta nueva etapa del Ático de Fridas, escribí sobre una cena a cuatro manos con dos chefs mexicanos que se maridó con chela y mezcal. Mis dos ejes.
«De toda esta nueva etapa, me encantan los colores brillantes que han incorporado al menú y la comunicación fresca que se respira».
Hace unos meses fui a probar el delicioso aguachile por la cocinera mexicana Maura Valderrain y esto fue lo escribí a manera de insight marisquero: «No soy mexicano y nunca he ido a Sinaloa, donde el aguachile se come como pan francés con frijole♂s. A lo largo de mi vida he probado muchísimos aguachiles disímiles y también replico la receta a mi manera. Unas veces voy a lo seguro y otras veces le añado producto local (a veces miltomate y en otras exploro con chiles, semillas tostadas o cítricos de otras frutas: mango, manzana o carambola).
Pero el aguachile sinaloense, siendo un plato tan sencillo y bondadoso, tiene la particularidad de “la frescura simple”. Y cuando digo simple no es que sea simple. Tenés que saber en qué momento parar la cocción de la proteína de mar (pescado, camarón o pulpo) y saber en qué momento detener o ajustar el macerado de la salsa -y no agregarle mucho aire para aligerarla-. Además del picante... que es clave.
Pues este aguachile con atún sellado de las Fridas está muy bueno y quedé contento. Sentí que estaba más cerca de la receta original porque ella lleva la receta en sus manos aunque esté a miles de kilómetros de su tierra. Me encantó la presentación como un mandala con cebolla encurtida bien caramelizada, tomate miniatura y la salsa base muy bien aderezada sin tanto picante; digamos amable al paladar guatemalteco que no es tan eufórico como el mexicano.
«Un plato delicioso para compartir y recomendado para probar a cualquier hora del día… porque, ¡ojo!, los platos fríos de mar como ceviches, tiraditos o aguachiles no son solo platos de fin de semana, día asoleado o frente a una piscina/mar. Se disfrutan delicioso en cualquier momento»
Mi único “pero” con este aguachile es que el atún no sea local, digo, de nuestro Pacífico. Pero entiendo los procesos de almacenamiento, preservación y consumo en restaurantes donde el menú es más amplio y no están dedicados solo a servir pescado como lo hacen Mercado 24 o pequeñas cevicherías de Guate.
Fridas Restaurante
Centro Comercial La Estación
Todos los días: 12p-10p
La Estacion, 16 Calle y 6 Avenida Zona 10 — Waze
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