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La importancia de un buen taco

Hace unos días me preguntaron si es buena idea ir a comer tacos en una primera cita. Mi respuesta fue inmediata: un rotundo y abrupto sí. Acá te comparto varias ideas sobre los tacos y las primeras citas.

 
Seguramente habrás escuchado la frase “echar un taco” para referirse a tener sexo o un rapidito. Los tacos y las citas están conectados irremediablemente. Su sensualidad es desbordante.
Sexo y tacos al pastor en Guatemala

Definitivamente los tacos son la mejor de todas las opciones para tener una primera cita o citas regulares con tu pareja. No hay mejor complicidad que dos miradas -llenas de placer- encontrándose al momento de probar un buen taco al pastor o una gringa de adobado mientras sus líquidos y sus salsas se derraman en ímpetu de intimidad -o vergüenza-. Hay estudios científicos que aseguran que el taco produce felicidad, y eso se agradece porque nos confirma que comer y coger nos liberan estrés. Entre muchos beneficios más.


Cuando probás un buen taco suceden muchas cosas internamente. Una secuencia de señales son enviadas desde los sentidos hacia el cerebro que producen liberación de dopamina, oxitocina y endorfina. En otras palabras: felicidad, euforia, placer, alegría, satisfacción, risitas, poros abiertos, orgasmos... gastronómicos.

Sexo y tacos al pastor en Guatemala

No importa si son de carreta o lugar cerrado, los tacos siempre serán mi cita favorita sobre cualquier otra. Y si a esa persona especial también le gustan los tacos, ¡te rayaste! Es de las experiencias más alucinantes que hay porque podés repetirla una y otra y otra vez, hasta encontrar un nuevo placer que l@s inquiete.


Te dejo cinco razones para considerar una buena taquiza como primera cita o primer acercamiento sexual:

  1. Sale más barato que un restaurante. Ya sabés a lo que vas y no hay sorpresas al pedir la cuenta.

  2. El ambiente es muchísimo más relajado. Eso crea más empatía, risas cómplices y mariposas al pastor en el estómago. Hasta podés hacer bromas como «¿Y si vamos por otro taco a mi aparta?» para sondear si va a haber postre o si pedís otro taco con salsita extra para el desayuno en solitari@.

  3. La complicidad que ambos queden con aliento a cebolla y olor a carne adobada en las manos puede agilizar un primer beso o una noche agitada. ¿Por qué? Está comprobadísimo -por estudios de la ciencia- que el dulce de la cebolla y el umami de la carne, son equivalente al sudor de dos cuerpos después de una maratón sexual. Lo dice una Universidad, no recuerdo cuál. ¡Pero vos haceme caso!

  4. Si no sale beso ni “echar el taco”, pues comiste rico y barato. Podés sugerir una friendzone taquera y salir a probar más taquerías cada semana. A lo mejor en una de esas... los une el erotismo taquero.

  5. Si resultan de novios, amigovios, “taco de ojo” o "¿sale taco?" siempre tendrán una buena anécdota que contar con olor a cebolla encurtida y carne al pastor. Eso se agradece porque estamos hechos de recuerdos... y al final eso es la vida, si nos queremos poner filosóficos y profundos: Una buena y gran taquiza deliciosa. Además, ¡qué feo no oler a nada. Ni que fuéramos covidianos.

 

Acá te dejo más sobre tacos: Taco de ojo y Mejores taquerías Guate.

 
Escritor, cocinero y poeta guatemalteco Pablo Bromo

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