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Writer's picturePablito Bromo

Dos apuntes del 2020 / Covid

A principios del confinamiento: 28 de abril, 2020


Me llamo Pablo, pero me conocen como Pablito. Soy escritor, cocinero y creativo casi cuarentón como esta cuarentena. Todo esto del aislamiento y del encierro me es familiar. No me incomoda. Regularmente me aparto del resto rodeado de música, cerveza y literatura. En mis libros lo he llamado refugio o búnker creativo. Como dice Cerati en una rola mágica: “Separarse de la especie por algo superior... no es soberbia, es amor”.


Pero sí, han sido días largos para reflexionar y darle vueltas a la rueda del hámster. Días enteros y noches enteras para procesar y entender, hasta aceptar, que el Covid-19 no es algo estacionario y que vino para quedarse por más tiempo de lo que imaginamos. Además, que trajo consigo un gran regalo, una lección de vida y un aprendizaje que agradecerle: “Volver a la normalidad” nunca volverá a ser lo mismo.


Este presente lleno de confinamiento y distancias nos enseña precisamente a tomar distancia... a ser introspectiv@s, cautelos@s y empátic@s, a aprender a estar bien con nosotros mism@s desde dentro hacia fuera –y viceversa–. También a valorizar cada momento que compartimos con otras personas y a validar que somos seres primitivos y sociales, que necesitamos de la comunidad para sobrevivir como tribu y aprender de esas sinergias y/o encuentros que olvidamos como fortuitos. Solemnes. Únicos.


Esta pausa debe ser significativa para la introspección suficiente y tomar las herramientas de improvisación para analizarnos y ver nuestros privilegios. Los grandes momentos de la evolución humana no suceden solo porque sí. El planeta entero necesitaba un respiro. Es curioso, pero los momentos más difíciles de la historia (personal o colectiva) siempre traen consigo dolor y silencio. De eso se trata, luego vendrán días maravillosos.


¡Por eso… fuerza y resistencia, mucha conciencia social, empatía y paciencia es lo que toca!


No somos perfectos ni autosuficientes. Todo esto nos hará más fuertes como humanos. Más sensibles. Más abiertos a los cambios para que entendamos de una vez por todas que todo es transitorio y nada es para siempre. Tampoco el Coronavirus.



En confinamiento menos estricto: 30 de diciembre, 2020


Tengo que cambiar mi sofá por pasar mucho tiempo sentado en él. Mi silla del comedor ya está chueca también. Estoy harto de lavar platos. A veces es terapéutico, otras veces no quiero saber nada de jabón.


Sí he salido, pero la mayor parte del año la he pasado encerrado y hay días... sin hablar con alguien.


Puedo controlarlo, sí. Ha sido una prueba y experiencia genial, sí. Ya estoy cansado y quisiera irme a la playa pa olvidarme de todo por completo. La mayor parte del año la he pasado tomando vino, una botella diaria han sido mi mayor compañía, pero siento que ya me está afectando tanto guaro. Sí, he trabajado en varios libros, pero al mismo tiempo me son indiferentes. Tengo varios proyectos. Espero empezarlos.


No estoy deprimido, pero pareciera estarlo. Estoy escribiendo esto y no sé qué pasará en el 2021.


Tengo ganas de una sangría. Ya son las 11. Esto fue una catarsis convulsa... y una mera confesión.

 
Escritor y poeta guatemalteco Pablo Bromo

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