En una era de scroll vertical, memoria fugaz y contenido veloz... Es necesario regresar. ¿Pero regresar a qué? Al horizonte sagrado de la palabra y a la sonoridad del pensamiento mágico-crítico, por ejemplo. Eso me pasó con el nuevo disco de la guatemalteca Dominique Hunziker. Acá unos apuntes de Regresar y, además, una muy linda entrevista.
Decía Lester Bangs (el gran crítico de música) que «el primer error del arte es asumir que es serio». Esto me lleva a pensar en los dadaístas de hace un siglo y en su fórmula de crear arte a partir de lo formalmente lúdico. Y, en contraparte, me lleva a entregarme de lleno al nuevo disco de Domi Hunziker (autoproducido luego de su primer trabajo junto a Gaby Moreno). Un disco que te abraza con su potencia precisa, su sonoridad límpida y su gran espontaneidad armónica.
«Canciones que estremecen. Armonías lentas, pero más que eso, certeras».
De fondo (y no forma) un gran lirismo minucioso (y hasta literariamente requerido). Un buen storytelling dirán los más exigentes de la contemporaneidad, pero al final: P O E S Í A. Sonidos con atisbos a Violeta Parra, José González, Jorge Drexler, Victor Jara y Natalia Lafourcade sobre todo.
Lo hermoso de "Regresar" es que te atrapa desde la primera. Melancolía pura y añoranza. Cuentagotas de realismo mágico y, más que eso, magia realista. ¡No, no es un juego de palabras! Es lo que sale del auricular y se agradece profundamente. Desde "corazón de madrugada" (minuto 4, plis) todo explota y ensancha lo que vendrá después: "mi río" es epifanía, "tu ausencia" es color, "el coco" es sutileza, "kemebal" es pureza, "el huipil" es evocación nostálgica. Y el estruendo llega con mis favs: "nieta del alba" y "regresar". Lindas.
En resumen: un cálido arrullo de fonemas bien articulados que abrazan de inmediato y no sueltan. Luego llegan los acordes, la magia y, por último, el tempo y la musicofilia. Por allí sería interesante jugar al "no regresar" con drum machines, reverbs, pedales y hasta juguetes análogos precolombinos en delay. Jugar.
Coincidimos (por azar) con Domi días previos al concierto y, platicamos recio con Agustín del Pozo, pieza clave de la banda y pareja de DH. Fue genial la plática y los brindis y las risas y los insights. Acá una no tan ligera entrevista, pero maravillosamente honesta y hermosa. ¡Llega!
PB: ¿En qué momento recuerdas que querías ser artista?
DH: Me acuerdo que desde pequeña me gustaba organizar espectáculos para mi familia. Los sentaba a todos en la sala y me ponía a hacer una coreografía inventada al son de mi soundtrack preferido... Desde niña decía que quería ser cantante, pero creo que no supe lo que eso significaba hasta los 16.
PB: ¿Cuáles artistas te inspiran, motivan o de alguna manera evocas en tu música? Ya sea artes visuales, literatura o música.
DH: Natalia Lafourcade es un norte para mí. Me acuerdo que antes de conocer su música la gente me decía que debía tener cuidado y buscar un sonido más propio porque mis canciones eran demasiado parecidas a las de ella... lo curioso es que para ese entonces no la había escuchado nunca. Fue entonces que la fui a escuchar y me enamoré de sus canciones. Con el tiempo, me he enamorado de su trayectoria y me parece que es una artista completa. Me pasó algo similar con una cancionista suiza, Meimuna, con quien tengo el honor de cantar hoy en día. Cuando la escuché por primera vez, por recomendación de una amiga, me pareció estar escuchando a una hermana del alma. Además de música, es una excelente artista visual. Fue ella quien hizo la ilustración de portada de mi disco Regresar.
PB: En una época donde sobreabunda el contenido sonoro, la inteligencia artificial y cualquier persona puede hacer/difundir música desde su casa, ¿cuál crees que es tu diferenciador y tu mensaje propio?
DH: Yo creo que lo que nos hace humanxs frente a las máquinas y lo que nos hace distinguirnos de los demás músicos, es la capacidad de sentir que es propio a cada individuo. Podemos estar hablando todos de lo mismo, pero cada quién va a hablar desde una subjetividad irrepetible. En lo personal, quisiera retomar las palabras de la gran Mercedes Sosa para responder a tu pregunta: “yo vengo a ofrecer mi corazón”.
PB: ¿Con cuál artista o banda te gustaría hacer una colaboración?
DH: Amaría colaborar con Silvana Estrada, Natalia Lafourcade, Jorge Drexler, El David Aguilar... quiero que me adopten en su familia de artistas, quisiera ser parte de su Núcleo Distante. Me encantaría colaborar con Juana Molina en algún momento. Y si ya nos ponemos bien underground, hay un par de artistas que no son conocidas en Guate con quien adoraría escribir alguna canción: Klô Pelgag y Rachael Dadd.
PB: ¿Cómo es tu Guatemala desde la distancia de vivir en Europa?
DH: Desde la distancia y desde cerca también, mi Guatemala es plural. Hay muchísimas Guatemalas que coexisten en tensión y contraste. Mi Guate es hermosa y me llena de orgullo, pero también me duele y es desgarradora. Guatemala es fértil, grande, épica y trágica; llena de gente trabajadora y llena de muchísimas grietas que fragmentan a los distintos sectores de la población. Desde la distancia, Guatemala es riquísima en recursos. Desde cerca, se ve cómo estos recursos se caen entre las grietas. Así es como trato de representar a mi país en el extranjero: como un lugar lleno de magia y de vida, acechada por el peso de su historia.
PB: ¿Qué es lo que más extrañas de Guate?
DH: Además de la familia, lo que más extraño es el clima tan privilegiado que tenemos. Extraño los colores, la poesía de las luchas cotidianas, y bueno... las frutas y los frijoles.
PB: ¿Qué es la poesía para Domi Hunziker?
DH: Para mí la poesía es el lugar donde nacen los sueños. Es un lugar en el que los opuestos conviven y lo similar se confrontan. Es un lugar para reflexionarse cual espejo y sentir lo que en el cuerpo ya no cabe. La poesía hecha música me ha dado todo lo que tengo y a ella le debo todo lo que soy.
PB: ¿Tienes algún recuerdo especial del proceso de producción de tu nuevo disco Regresar?
DH: Cada momento del proceso fue como un sueño hecho realidad. Creo que el momento en el que más felicidad sentí fue en el estudio, cuando volvíamos a la cabina a escuchar lo que acabábamos de grabar. Para dar un poco de contexto, grabamos todas las canciones en vivo, es decir, tocando todos juntos para tener el feeling de la banda. Recuerdo volver a la cabina y escuchar claramente cada detalle que habíamos compuesto y arreglado juntos, todo sonaba como en HD. La calidad del sonido era impresionante gracias a Martin Burger, nuestro ingeniero. En ese momento sentí como las canciones cobraban vida. Fue como recibir a tu bebé en brazos después de parirlo.
PB: ¿Qué se puede esperar para tu concierto este jueves en el IGA?
DH: Este jueves podrán presenciar canciones creadas con amor e interpretadas por talentosísimxs músicxs guatemaltecxs. Un espectáculo imperdible en uno de los teatros más hermosos de Guatemala: el Teatro Dick Smith del IGA. En las canciones de Agustín se escucha un canto a la naturaleza y al espíritu humano, desde la multiculturalidad, sobre ritmos de toda América -sur, centro y norte-. Las canciones de Agustín nos llevarán en un viaje sobre cuerdas al sur de América. Mis canciones son todas un canto a Guatemala y a las almas nómadas que buscan, como yo, un lugar donde echar raíces.
PB: Gracias, Domi, por tus respuestas y tu linda música.
Ya ven, Regresar (como epítome más preciso) es echar raíces. Volver a la raíz. Ser raíz. ¡Vamos al IGA!
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