Y para terminar con esta lista interminable de mis discos favoritos del 2020 con un poco de lo mejor o lo que me pareció trascendental para la industria de la música global. ¡Qué su 2021 venga lleno de música!
DISCO BONUS: Zsa Ur – Epsilon Sagittarii
A principios de diciembre recibí el disco de Zsa Ur. Me gustó mucho. Esto escribí.
10. Fiona Apple – Fetch the bolt cutters
Con el paso de los años nos damos cuenta que Fiona se mueve a través de ciclos largos de producción y, que cuando saca un álbum nuevo nos vuelve a hipnotizar con su piano salvaje, voz/letras poderosas y una cantidad de elementos sonoros que estimulan en conjunto. Su nuevo Fetch the bolt cutters fue sin dudas el más hipnótico del año y un gran regreso después de su épico The Idler Wheel… del 2012. Aquí vuelve a mostrarse desnuda y desgarradora desde su intimidad. Habla de sororidad entre mujeres, del movimiento #MeToo (#YoTeCreo) y se manifiesta a través de una catarsis sinfónica que evidencia abusos, acosos y desigualdades en la industria o su vida personal. Gran disco. De lo mejor que se ha producido últimamente.
9. Kelly Lee Owens – Inner song
Desde su primer disco hace tres años, sabíamos que sus sonidos vienen del futuro o desde los mismísimos sueños. Más que ambient, techno o dream pop me resulta interesante cómo trasciende entre los géneros y juega con texturas muy al estilo de Nils Frahm -a quien por cierto no metí en este Top 40 porque le estoy preparando un homenaje- o el argentino Hernán Cattaneo en sus sets más profundos. Regresando a la galesa, este segundo disco es una delicia y una fiesta para los oídos. De entrada, abrir con su versión de "Arpeggi" de Radiohead ya es un mérito, pero conforme avanza el disco vamos entendiendo su rigor, fuerza y pragmatismo. "Melt!" y "Jeanette" son para reventar la fiesta... pero el resto, ¡oh, el resto del disco! Guau.
8. The Weeknd – After hour
Para much@s, The Weeknd es una fórmula muy afinada y demasiado producida. Opino lo mismo y todo lo contrario. Sus discos anteriores son monstruos mediáticos y, claro, con súper éxitos garantizados para las masas. Este nuevo no es la excepción. El canadiense y su equipo repiten la misma fórmula hasta agotarla... pero, pónganle suma atención a lo que sucede con su música. Podemos pasar 30 minutos o 2 horas en el disco y siempre será un vaivén delicioso al oído -no aburrido-. Las primeras rolas del disco apuntan a eso: r&b, synthpop ochentero, sintetizadores futuristas y un falsetto que se adapta fácil a cualquier ritmo. En las siguientes hay más, y ahí está la magia lírica para ser un éxito comercial super digerible, pop y hermoso.
7. Thundercat – It is what it is
Thundercat ya se ganó el cielo con su Apocalypse del 2013, Drunk del 2017, el genial To pimp a butterfly de Kendrick Lamar y otras producciones junto a Flying Lotus, SZA o Mac Miller. Sin embargo, sacó nuevo disco en el año más difícil de la historia y nos deja boquiabiertos con sonidos funk-soul únicos. ¡Un discazo! Su música son paisajes futuristas llevados desde el pasado con armonía que sólo transita en su cabeza y nos comparte a borbotones de genialidad. Un genio que se mueve en todos los géneros porque los entiende, y, no necesita súper bajos, trap, reguetón o lo que esté de moda. Él desdobla la música como Quincy Jones o Miles Davis con nueva psicodelia, electrónica funketa o jazz todopoderoso. En una palabra: genial.
6. Mac Miller – Circles
Cuando Mac Miller fue encontrado muerto en el 2018, hubo un prolongado silencio en el hip hop actual. No era para menos. Malcolm, de apenas 26 años y con su primer disco -Swimming, recién salido y ya con nominación a mejor álbum de rap por los Grammy- parecía ser el futuro del hip hop mundial. Ya pasaron dos años y el silencio continúa a pesar de la aparición de nuevos raper@s como Da Baby, Polo G, YNW Melly, Cardi B, Mulatto, Gunna, Blueface, Yung Babi Tate, Baby Keen, etc. Si bien Circles, publicado a principios del 2020 es un disco póstumo... no lo es. A ver, les cuento. Cuando se estaban haciendo las grabaciones de Swimming también hicieron otras grabaciones en paralelo -como bsides- más sencillas y menos elaboradas que complementarían un disco doble titulado: Swimming in circles. Así que ahora por fin tenemos el panorama completo del disco conceptual de Mac Miller con una entonación más melancólica, triste y hasta desaliñada de lo que conocemos de Malcolm. Una belleza de disco que se complementa con lo que ya sabemos del rapero. Si bien su sonido es más lo-fi, el funkete hip hop retumba desde la primera.
No sé todavía si esta inclusión es personal entre mis mejores del 2020, pero es tesoro para la humanidad.
5. Mala Rodríguez – Mala
Desde su portada nos asegura que sigue siendo la malísima-buenísima del hip hop en castellano. Si algo se le admira es su capacidad de haberse ganado el trono escupiendo palabras como diosa, sorteando verdades poderosas y hasta cotidianas. Pero... ¡ojo!, en este disco la Mala se abre a nuevos territorios. Es alucinante. Abre con trap y hip hop, pero el disco está lleno de muchas más texturas: moombahton, reguetón, reggae, dub, r&b, dnb y hasta a capela con piano. Bueno, la Mala todo lo controla y sabe manejar esa energía que le bulle como mar de lava. La Mala es muy buena y con este disco lo afirma: es la mandamás del hip hop.
4. Hello Seahorse! – Disco estimulante
Que hayan pasado ocho años a que Denise Gutiérrez y compañía sacaran disco nuevo me dice muchas cosas, sobre todo una: estaban observando. Y este hermoso Disco estimulante lo confirma. Ya no es esa banda "inmadura" o explosivamente oscura de Lejos. No tan lejos del 2010 o la banda puntual y milimétrica del gran Arunima del 2012. Pero en esta época donde hay tanta maraña digital e influencias para hacer vasta música, este disco me resulta un gran alivio y una especie de parteaguas. «Para morirse primero... hay que vivir» nos dicen en "Dominó" y eso me suena a madurez musical con muchas capas sonoras encima muy bien producidas. Luego le siguen más rolas poderas que siempre me recuerdan a la gran Rita Guerrero -Santa Sabina-, con novísimos elementos sonoros y la voz impecable de DG. Abundan sintetizadores, efectos espaciales, ¡dedicación! y sobre todo mística sonora. Gracias, Hello Seahorse!
3. Bob Dylan – Rough and rowdy ways
Que el más grande de la música se haya disparado su disco 39 en plena pandemia -¡y a los 79 años! es un regalo para el futuro, sobre todo para l@s que lo amamos. Pero además, el disco es un monumento y un empezar de nuevo luego de varios años grabando covers como su último Triplicate del 2017 con 30 rolas. Para este enigmático regreso, Bob nos trae un disco entrañable y lleno de surcos por donde se avecina la muerte, la desesperanza del mundo, la poesía, la tormenta más helada, el milagro de la vida, la historia resumida en parafraseos y multitudes conmovidas por el revoloteo de una bandada de gaviotas eléctricas. Desde que abre el disco sabemos que serán 10 visitas guiadas al corazón de la música. Mientras avanza, vamos descubriendo paraísos sonoros muy típicos de Dylan: "My own version of you", "Black rider", "Mother of muses" y la espectacular canción detenida en el horizonte "Key West (Philosopher Pirate)".
2. Jessie Ware – What’s Your Pleasure?
Hay que entender algo y tenerlo muy claro: No hay música nueva. Todo es remix. Todo es una repetición. Y este disco es eso. Mucho de Donna Summer, Chic, Indeep, Madonnna, Daft Punk, Giorgo Moroder, Kylie Minogue, todo el italo disco, el french house, el sonidón housero de NY, Chicago, Los Ángeles... y todo condensado en un solo disco en el año del distanciamiento social donde bailamos sol@s en la sala, cocina o el baño. Un recordatorio de que bailar es lo último que nos queda. Gracias.
1. J Hus – Big conspiracy
Amé este disco desde la primera que lo escuché. Un sonido muy bien producido y hasta diez tipos distintos de vocalización por Momodou Lamin Jallow –sin alzar la voz, todos casi en la misma frecuencia–. Es un disco súper inteligente con sonidos llenos de muchos géneros, sobre todo un r&b sólido detonado con líricas poderosas en armonía y melodía contrario a su disco Common Sense que fue complaciente. Paso a recordarles que J Hus es culpable de inventar el Afroswing o Afrobashment con el que le va bien, claro, lo trae en la sangre y le fluye fácil. Este disco gira alrededor de su vida rapeada con rimas poderosas -"Must be" es el mejor ejemplo-, pero aderezado con vocales límpidas y profundas... relajadas y magistralmente sobrias. Una joya que nos deja alerta a lo que venga a futuro en el hip hop. En la última rola "Deeper than rap" -violines y piano- el inglés cuenta su manifiesto de vida elegantemente y sin necesitar super bajos, distorsiones, efectos o euforia. Me recuerda al mejor Dr. Dre 90s o Warren G viendo como todos se mataban. Un discazo que confirma que la palabra no ha perdido terreno y seguirá siendo nuestro recurso más poderoso. Una genialidad de disco para escuchar en repeat.
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