A pesar que el 2020 fue un año oscuro y complicado para el arte en general, la máquina musical no paró. Desde el confinamiento, y a manera de invención necesaria, much@s se encerraron a crear y a producir discos memorables aunque no pudieran presentarse "formalmente". El distanciamiento hizo que la gran mayoría le apostara a las plataformas digitales -YouTube, Livestream, IG Live, Dice- para presentar sus nuevos materiales. La gran mayoría no presentó nada, solo los subieron a Deezer, Spotify o Bandcamp.
Para un año de pandemia en el que todo fue difícil, la música hizo lo suyo. Esta es mi selección con los mejores discos del año que no olvidaremos nunca. El del encierro. El de abrazarse a solas. Año del silencio.
40. Mabe Fratti – Planos para construir
Para un año de introspección, este álbum de la querida guatemalteca radicada en México fue necesario. Mucho ambient, darkwave, poesía, barroquismo, capas sonoras y paisajismo abstracto. Una locura de EP.
39. Nicolas Jaar – Cenizas
El chileno sigue haciendo de las suyas desde hace ya varios años. Si bien este disco está muy conectado a su predecesor Sirens del 2016, es completamente otro espectro. Mucha experimentación y mucho viaje.
38. Lido Pimienta – Miss Colombia
En la línea discursiva de Li Saumet de Bomba Estéreo con los sonidos afrocolombianos y Rosalía con el flamenco; Lido Pimienta se inspira para sacar esta joyita sobre pueblos oprimidos y sonidos ancestrales.
37. Ka – Descendants of Cain
Más que hip hop es una experimentación abstracta muy al estilo del spoken poetry que nos recuerda a los inicios de cómo la palabra es tan vital para la música y para la historia. Sexto disco de Ka... y mi favorito.
36. Diles que no me maten – Edificio
Un EP lleno de energía, shoegaze y mucho post punk. Para ser su primer trabajo me quedo ansioso de lo que venga. Es furia, frenesí y toda la experimental mexicana con Juan Rulfo de frente como manifiesto.
35. HAIM – Women in music pt. III
Buen disco de las HAIM que me recuerda a ese rock-pop costero de Hole, Sheryl Crown, Semisonic, Kate Bush, etc. Por momentos afloja, pero está muy bien producido... y eso se agradece.
34. The Flaming Lips – American head
Sabemos que TFL siempre van dos pasos adelante como Radiohead, Yo La Tengo o Broken Social Scene. Para este disco se inspiraron en la historia de Neil Young y Tom Petty creando una acústica alucinógena.
Su concierto -hace apenas un mes- metidos en burbujas nos dejó el mejor testimonio del distanciamiento.
33. Tony Allen and Hugh Masekela – Rejoice
Si bien no es un disco del 2020, sale dos años después de la muerte del gran sudafricano Masekela junto al baterista del afrobeat para recordarnos que ese movimiento africano que empezó Fela Kuti sigue vivo. Cayó como anillo al dedo con el asesinato de George Floyd en mayo del 2020. #BlackLiveMatters2020.
32. Cráneo – Picnic
Hip hop lo-fi con letras íntimas, fáciles, pegajosas y directas. Para este disco el madrileño se apuntó a más de 15 artistas que hacen del disquito una joya poderosa en lírica y ritmo... ¡38 minutos de pura frescura!
31. Ishto Juevez – Cambiar de piel
El Ishto ha crecido vastamente en calidad y su música cada vez es menos localista. Con sonidos muy bien cuidados, este EP nos acerca a lo mejor de sus composiciones (música y lírica). Río es el mejor ejemplo. Y creo que, por mucho, es una de las tracks mejor hilvanadas (composición, arreglos y lírica) de toda Guate. Ódienme, rockeritos.
DISCO BONUS: Sotomayor – Orígenes
Después que sus rolas anteriores pegaran, se subieron al trending de Bomba Estéreo y los sonidos folk con resonancia electrónica. Con este disco se proclaman como lo más pegajoso de Latinoamérica. Buen disco.
30. Bad Bunny – YHLQMDLG
No soy fanático del reguetón, pero este disco de Bad Bunny me parece un híbrido de trap, joda y sacarse elegante un disco debajo de la manga muy bien producido... además, de hacer el disco de reguetonix más movido y esperado en todo el planeta para restregar los cuerpos en una disco, club o "fiesta clandestina" mientras es el "año del distanciamiento social". Eso es provocación muy bien hecha y deliberada. Desde que empieza sabemos que estamos en un momento especial del género más pegajoso del planeta... y el poltoliqueño sabe hacerlo como lo ha venido haciendo. Un disco no mi género, pero está muy bien hecho.
29. Muzz – Muzz
Este disco es poderosamente melancólico con mucha carga de folk donde se luce la voz de Paul Banks (sí, el vocalista de Interpol) acompañado de otros dos musicazos: Josh Kaufman y Matt Barrick (The Walkmen y baterista de giras con Fleet Foxes). Un poco más de 40 minutos donde atravesamos el dolor, la alegría y mucho talento. Todo lo opuesto a escuchar Interpol, más bien un momento de disfrutar lucidez musical.
28. Phoebe Bridgers – Punisher
Su disco debut Strangers in the Alps del 2017 es más poderoso que este, perooo... hay algo que me gusta en Phoebe y es que tiene una voz llena de profundidades que avanzan sistemáticamente y en los próximos años veremos estallar todo su talento. En este disco puede que haya mucho de Grouper y ese estruendo melancólico, pero como avanza el disco nos vamos dando cuenta que en 10 rolas pudo hilvanar mucho.
27. Yves Tumor – Heaven to a tortured mind
Soul, p-funk y extravagancia es lo que habita omnipresente este disco. Me recuerda mucho al Prince más creativo divirtiéndose en los noventa, y en efecto, este disco es experimentación-distorsión-vocalización.
26. Arca – KiCk i
Prefiero a Arca más caótica, desordenada y delirante de sus discos anteriores como la mujer transgénero venezolana más creativa de la historia... pero, no diré que este disco no es fascinante. Lo es, sobre todo por su impulso en querer provocar y enaltecer el baile -FIESTAFIESTAFIESTA- hasta más no poder. "KLK" con Rosalía y "Mequetefre" me parecen el mejor ejemplo para resumir 38 minutos del disco. La de Björk -poema del poeta español Antonio Machado- es casi incomprensible, pero no está nada mal. Disco único.
25. Caribou – Suddenly
Seis años después del gran Our love que puso a bailar de madrugada al mundo entero en bares, clubes y fiestas; Dan Snaith regresó con Suddenly, un disco suave y sensible. Aquí se aleja por completo de Daphni (su otro seudónimo) y nos acerca a una música más compleja, intimista y luminosa. Hay fuertes influencias de soul, hip hop y r&b. No todo es bailar. No todo es descontrol. En este disco hay profundidad, reflexión y sencillez. Un disco que podría marcar el inicio de otra época para Caribou. Esperemos a lo que venga.
24. Rina Sawayama – Sawayama
Una de las virtudes o ventajas que tiene el pop actual es que puede jugar con todos los géneros para hacer un producto vendible con muchísimo talento detrás. Rina Sawayama tiene el talento y, un equipo detrás que le saca raja a todo lo que puede: sintetizadores, r&b, distorsiones metaleras, estribillos pegajosos, etc. En este segundo disco la japonesa-inglesa nos lleva desde trap hasta electrónica impecable. Una chulada.
23. Perfume Genius – Set my heart on fire immediately
Todos los discos de Mike Hadreas son registros de música meticulosamente bien hecha en detalle. Desde su primero Learning del 2010, se presentía que estábamos frente a un talento congénito y puro. Diez años después regresa con su quinto disco, en el que los recursos sonoros vuelven a estar presentes y un abanico de sensaciones nos embriagan con su perfección, simetría y sutileza. Un disco delicioso de escuchar. Bello.
22. Lil Uzi Vert – Eternal atake
Ya hace cinco años de Luv is rage, que para mí, cambió el juego del trap-hip hop gringo. Sin embargo, este me parece un discazo incluyendo a sus alter egos conceptuales que fluyen en él: Baby Pluto, Renji y Uzi. En un poco más de una hora, Lil Uzi Vert nos convence de que él es príncipe del trap y no hay dudas de eso en rolas como "Silly watch", "You better move", "Homecoming", "Celebration station", "Bigger than life", "Venetia"... bueno, la verdad, todas. Es un placer estar frente a un músico que le fluye fácil el beat.
21. Ela Minus – Acts of rebellion
La talentosa colombiana radicada en Nueva York a la que le sigo la pista desde hace tiempo, nos dejó algo claro en su primer disco: ella produce todos los sonidos como una multiinstrumentista y, el techno "darks" que hace, no es el convencional. Abundan las capas sonoras, la sensualidad, la inclusión, la narrativa power y el manifiesto político. Un disco hermoso, oscuro y lleno de sobriedad vital para tirar fiesta en el dansflor. "El cielo no es de nadie", dice ella. Para mí ella ya se lo ganó.
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