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Writer's picturePablito Bromo

Discos Bromiscuos: 6 de David Bowie

El gran Camaleón Starman es una galaxia sonora. Un universo vasto con más de noventa álbumes en vivo, estudio, recopilaciones y rarezas. Lo conocí por el Unplugged de Nirvana, y eso me dio una curiosidad enorme por escuchar sus tracks. Porque si Kurt lo cantaba, significaba bastante. Y así fue...

 

Si hay dos músicos a los que les tengo harta admiración profunda son Bowie y Spinetta. Me he repasado su discografía y coleccionado un repertorio acumulado de anécdotas gracias a internet y revistas impresas.


Acá mis seis imprescindibles de Tom, Ziggy, Mars, Aladdin, Rock, Thin White Duke, Blackstar, etc...

 
Hunky Dory David Bowie por Pablo Bromo

Hunky Dory, 1971

Inspirado en folk rock es un disco que me gusta mucho porque es la antesala a los sonidos y al personaje Ziggy Stardust. Un álbum con mucho Nietzsche existencial y piano y glam y armonía y melodía y saxofón. Una linda producción con lirismo poderoso y mood acústico que un año después estallaría con imaginería única. "Ch, ch, ch, ch, changes..." da un panorama de lo mágico, brutal y honesto de esos años junto a "Oh man, wonder if he'll ever know. Is there life on Mars?" o "Queen Bitch" con distorsión a lo Lou Reed. Una belleza lírica de un Bowie en ascenso. Poesía pura de la que Spinetta inspiraría.


Ziggy Stardust David Bowie por Pablo Bromo

The rise and fall of Ziggy Stardust..., 1972

¿Qué hace este disco tan enigmático y sublime? Ufa, muchas cosas. Fue un disco pionero. Una especie de Big Bang existencial sonoro en la historia. Su chispa viene de la sicodelia, glam y rockstarismo que Bowie se venía dosificando. Un álbum lleno de mucho elemento sonoro envuelto en mística, orquestación, innovación, armonía, melodía y harto storytelling. Una belleza que no pasará desapercibida nunca. Entre la tristeza del suicidio del rock and roll hasta la grandeza del ímpetu espacial, tiene tracks que nos llevan a todas partes y todos los estados anímicos. Da sustento. Esperanza.


Aladdin Sane David Bowie por Pablo Bromo

Aladdin Sane, 1973

Sigue la metáfora, simbolismo y retórica de Ziggy; pero este discazo lleno de glam y piano rock me parece más complejo que los anteriores. Me explico... en Aladdin Sane los sonidos son más variados y menos repetitivos, más pensados desde la producción y menos filosos o ácidos. Aquí el sonido delira, se aletarga, extrapola los sentidos en muchas dimensiones. El piano y toda su magia, como en "Lady grinning soul" se escucha a un DB más empoderado de su sonido. "The prettiest star" es otra. El piano es un gran protagonista y la melodía se compenetra con armonía. "The Jean Genie" o la clásica "Cracked actor"son sonidos muy QOTSA y sabemos que de aquí vienen. No hay duda. Grande, Bowie.


Heroes David Bowie por Pablo Bromo

Heroes, 1977

Su "pop" más experimental y luminoso entre lo oscuro de la Trilogía de Berlín. De mis discos de vida. Además, un álbum que hace referencia al krautrock alemán y a la electrónica. Sus productores, Brian Eno/Tony Visconti, le pusieron cariño al 12º álbum de un Bowie creativo, multifacético y vanguardista. Acá todo es transgresión e innovación que anticipa a los ochenta -Roxy Music, Talking Heads, Devo- con muchos sintes y reverbs que hoy aman los centennials o milennials. "Heroes" y "Blackout" son mis himnos con hints muy a lo Franz Ferdinand o LCD Soundsystem. Un disco inspiración.


Low David Bowie por Pablo Bromo

LOW, 1977

Este es una belleza llena de innovación, sonidos raros, yuxtaposición de reefs y trucos sonoros inspirados en Kraftwerk, Neu! y la movida alemana. Lo hermoso de este gran álbum es que Bowie dejó atrás su muchísimo, incluida su intervención gringa de giras y excesos. Se alejó por completo de lo que era y se reinventó. Segundo favorito de la "Trilogía de Berlín" con sonidos que se adelantan a una época y sigue teniendo ese flow tan actual, único y experimental. Una obra maestra y que pareciera conceptual con vibráfonos y otros recursos sonoros por Brian Eno. Genio y maestro. El culpable.


Station to Station David Bowie por Pablo Bromo

Station to Station, 1976

Si Ziggy Stardust y Aladdin Sane son dos joyas que en definitiva marcan la etapa más ácida y sicodélica y glam de Bowie, en esta joya se ve la otra cara: el descenso al infierno post glam. Ya no hay personajes, solamente un cocainómano lleno de energía y casi al borde del vacío, la adicción y la destrucción. Hay mucho funkrock, pero sintetizado y electrizado con fascinación nietzscheana en las letras. Es una ruptura completa con todo lo que él mismo estableció. Es un adiós definitivo al rock, las lentejuelas, el glam. Y le da bienvenida al avant-garde.

El cover de Nina Simone "Wild is the wind" es puro amor, al igual que las espectaculares "Golden Years" y "Station to Station" con una explosión única. Sin extenderme más de la cuenta o agregarle barroquismo innecesario, este es mi favorito de David Bowie.

 
Pablo Bromo Guatemala Escritor Chef Melomano Publicista Poeta

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