Se nos fue uno de los más grandes jazzeros de los últimos 60 años. Tocó junto a Mongo Santamaría, Willie Bobo, Herbie Mann, Stan Getz, Gary Burton, Keith Jarrett, Jean-Luc Ponty, Bill Evans, Herbie Hancock.
Su legado es innegable desde la transgresión e innovación: el latin jazz. Con canciones memorables como Spain, Armando's Rhumba, Matrix junto a Stan Getz, Crystal Silence, Rumble o la clásica Song for Sally; Chick alcanzó otro nivel e inspiró a muchos jazzistas con su energía espontánea y electrizante.
Pero más allá de su invento y talento, su personalidad fue excepcional desde las primeras colaboraciones y grabaciones. Como un minúsculo homenaje a su prolífica obra, pongo sobre la mesa a cinco pianistas que la están haciendo ahora -cada quien con un estilo muy particular-, igual que lo hiciera Chick de joven.
Nils Frahm
El nerd del piano. Nuestro Chopin. El único que puede llevarnos desde un impromptu o nocturno a un dub modular con dos manos en menos de un minuto (a medio DMT o LSD) mientras todo vibra de nostalgia y luz. Así es Nils, un genio que explora y explota nuestros sentidos. Desde dopamina en piano clásico hasta triptamina con introspección parilover. Nils es puro amor.
James Blake
Desde su primer disco homónimo en el 2011 todo quedó claro: JB sabe tripear con voces, sintes, piano y loops para ponernos locos en el estruendo. Ese disco fue enigmático, pero luego vinieron Overgrown (2013), The colour in anything (2016) y Assume form (2019). El resto es historia. Un gran pianista que ha crecido y ha colaborado en grande, por que sí, es grande.
Todd Terje
Más apuntado al djing y al pop comercial, este compa es de lo mejorcito para prender la fiesta en cualquier rincón del planeta. Sus sonidos son astrales, pulcros, metódicos, fiesteros y llenos de contemporaneidad como buen escandinavo que es. Pero eso sí, no hay que olvidar sus orígenes y talento sobre el piano, ese instrumento que nos alucina y con el que Todd se lleva muy bien.
Ólafur Arnalds
Las islas tienen su magia porque a pesar de estar desconectadas del resto, están conectadas por los tentáculos mágicos del internet. Pero, a pesar de eso, las islas siguen intactas. El mejor ejemplo es Ólafur, grandísimo pianista que con nostalgia nos hace viajar a esos rincones suyos y, además, nos remite al epicentro más profundo del baile: felicidad techno-trance y mucha introspección.
Maxence Cyrin
Escuchar Lithium de Nirvana, Where is my mind? de Pixies, No cars go de Arcade Fire o Around the world the Daft Punk en piano me cambió la vida. Esa sensibilidad para apreciar y reinterpretar todas las rolas que nos formaron y marcaron es de lo más sublime. Pues MC viene de esa nostalgia personal donde el piano es un instrumento completo, mágico e irreverente.
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