Llegaron sábado. Cansados y extasiados a su paso por México de una gira que empezó en España y llegó a París con paradas en Suramérica (después) y cierre final: Luna Park. Lo que nunca imaginaron, es que los recibimos en Guate con harto amor en una noche épica, casa llena y treinta tracks coreadas principio a fin. Como escribió Cerati: «Eso pasó. Fue».
Hace varios años que les sigo la pista, pero fue en BACH del 2018 que me fliparon la cabeza con su sexy ‘Vámonos de viaje’, ‘Súper V’ llena de saxofón y ‘El temblor’ –mi favorita y cierre de conciertos donde hay muchísimo Charly García ochentero–. Luego se vino en año Covid el Paranoia Pop, que es exquisito y pop reinventado y pop moderno y pop posmoderno-popencierro; gracias al retro mágico de la melancolía que llamamos synthpop, fiesta, baile y tropicalización escandinava con tintes charly-spinetteanos.
En cuatro palabras, los Bandalos Chinos son: puritito amor salvaje pop.
«El Paranoia Pop con insights Phoenix muy electrónicos y el Big Blue cargado de melancolía ochentas, son dos discos imprescindibles».
Así que al enterarme de su gira ‘El Big Blue’ con parada en Guate y nuevo disco que, además, tiene rolas potentes y emocionantes de la mano del mago Adán Jodorowski; pues ya estaba escrito en mi cabeza: Los voy a conocer. ¡Y más que entrevistar… reír, conectar, conversar!
El sábado no lo logramos. Les tenía una cata de chelas artesanales y mucha música local. No se pudo. Por la noche posteé canciones argentinas en mis redes y esta nota llena de reminiscencia argenta.
Sorpresa. Por la madrugada me escribe Gutty, la súper mánager estrella, diciéndome que leyeron la nota y quieren conocerme para entrevista. Acá entran los emojis: 😱🤩😍😳🤯🤙🏼💃🏻🕺🏻🔥🌋🎉❤️💛🎶
«Así, la vida enviando señales... Para celebrar abrí una botella y tuve una ráfaga de recuerdos con Rubén de Café Tacuva, Adrián de Babasónicos, La Mala Rodríguez, Los Amigos Invisibles, Fito...»
INSIGHT: Conocer a artistas que te mueven el piso —y el corazón— es de las cosas más chulas, mágicas y generosas. Sentir que frente tuyo tenés constelaciones y galaxias humanas que brillan más que el infinito cuántico y todas sus posibles fórmulas de felicidad es de lo más potente.
Llegó la hora de “la entrevista”. Llamadas perdidas, mensajes por whats y un agujero en la panza por la gran resaca. Pasé por pollo frito, ¡pero olvidé la botella de Valle del Uco que quería abrir juntos! Mierda. Pensé en regresar. Manejé directo. Daniel de Trinidad Indie me recibe y entro con dos amigos.
«Backstage. Donde me gusta estar. Ahí están, esperándome».
Me presento con la clásica “me conocen como Pablito, no Pablo, sino Pablito”. Goyo me dice: «qué linda pluma tenés. Nos gustó mucho lo que escribiste». Los demás lo afirman. Yo por dentro me estremezco.
Sudor en la frente, en las manos. No son nervios. Es la goma-cruda-resaca que me está matando. Ahora pienso que haberles presentado una michelada chapina les hubiera cambiado el mundo y, a mí, me hubiera relajado un poco. No fue. Todo lo demás que vino fue un cúmulo de sensaciones y eventos no planeados. Resaca, sí, pero también espontaneidad pura y eso se agradece. Aclaro, para quienes no me conocen, no soy el periodista que hace pregunta-respuesta. Soy hedonista. Me gusta sentir y percibir. Con los BACH sentí mucho. Fue abrupto y veloz, pero hermoso en su efervescencia.
Luego salió intimidad sobre el gran Adanowsky, sus tres últimos álbumes, el proceso creativo al componer, influencias de música, Spinetta, Charly, música argentina contemporánea (El Mató, Louta, Las ligas...).
Confieso, llevo casi un mes dando vueltas en mi cabeza porqué no les pregunté esto, aquello, lo otro. Pasa. ¿Por qué no insistí en hablar más de Spinetta, Charly, Cerati, Phoenix, Queen, Wham!, Bee Gees?
Pero volveremos a coincidir. Lo sé porque ahora escucho Resumen Porteño de El Flaco, y Mati (batería-composición) pasó caminando a media charla recordándome ese "Ricky está listo, listo del bocho..."
¿El concierto? Alucinante. Épico. De mis conciertos favoritos en años. Lo mejor: las tracks viejitas (Isla, Dije tu nombre, Nunca estuve acá, Tu órbita) que me lanzan al indie crepuscular de sus inicios, pero con una percusión poderosa (Maxi Sayes). Las guitarras y batería puntuales. Los teclados y el saxofón en su punto. La voz de Goyo e interacción al 100. ¡Gracias, Goyo, Iñaki, Mati, Tomi, Salva, Nico, Maxi! Gracias a Trinidad Indie / Mila Verte por un super concierto con excelente organización y sonido de primera.
«Parafraseando a Charly... fue un domingo sin tristeza. Y, ¡tengo que volverte a ver!»
Gracias BACH. Gracias, universo. Gracias, Gutty.
