Mánchester nos ha dado la música más poderosa de Inglaterra. Y además de poderosa y creativa, la que más ha influenciado al Indie Rock. Los World Unite Lucifer Youth Foundation o WU LYF fue una de esas gemas pasajeras de ese rincón del mundo. Su único disco es extraño, pero indispensable.
Imaginen haber nacido y crecido en un lugar donde los fantasmas del punk/post punk están prácticamente en todas partes: Joy Division, New Order, Buzzcocks, Magazine, The Fall, The Smiths, The Stone Roses, The Charlatans, Happy Mondays, When in Rome, Inspiral Carpets.
Y, además, todo el estruendo de los pioneros del techno / acid house con 808 State y, para cerrar de lujo, toda la imaginería brit pop de Oasis en los noventa. Desaliñada. Amarga. Anti Blur. Anti grunge.
Pues eso tiene el Madchester, como alguna vez se le conoció en los ochenta. Este rincón industrial que alguna vez fue capital del rock inglés. Pero más que del rock, del underground, de lo independiente. Esa región muy transparente donde fluye la creatividad y no importan los géneros ni las consecuencias.
En varios libros de música he leído que Mánchester fue donde nació el punk. Y es probable. Aunque ese tema es jevi porque Los Saicos en los sesenta (Perú) ya estaban haciendo punk sin saberlo.
Pero bueno, ese es otro artículo. Mánchester fue la ciudad donde se hicieron los primeros esbozos de un género que cambiaría la música por completo y daría lugar a un nuevo género que volvería a cambiar todo: el post punk. Específicamente: Buzzcocks y Joy Division.
Pues de estas influencias venían WU LYF, pero con un sonido fresco. Un solo disco y se desintegraron. Una chulada. Tell fire to the mountain del 2011 tiene mucho que decir, pero se quedó olvidado. Habla de libertad, paz, amor, rebeldía y armonía con afirmaciones muy cercanas a la poesía y lo visceral, visto desde los ojos de la juventud más libre y oportunista del planeta.
No recuerdo si alcanzó charts, pero sí recuerdo que su sonido era muy innovador y novedoso para la época. Era un indie despojado de sus ataduras comerciales. Era un disco lleno de fuego.
Sí, en el mismo año que salieron: el hermoso Let England shake de PJ Harvey, el menos querido de Radiohead -The king of limbs-, Nine types of light de los poderosos TV On The Radio, el sorpresa Wild Flag de Wild Flag, el olvidado Thank you happy birthday de los Cage the Elephant y mi otro favorito del año, el debut de The Vaccines que también emanaba rabia, pero más cercano a un punk inquieto.
Pero a pesar de todos los discos estruendos apareció TFTTM que es distorsión, melancolía, furia, solidez, vocales explosivos y potencia contraste con lo mainstream de la época: James Blake con su experimental primer álbum, Bon Iver con su folk melancólico, Adele con su evidente 21 y, claro, el post punk revival.
En sí, un disco que sin ser político transpiraba política y poesía. Su consigna principal era el fuego. Una sola llamarada sacaron. Esta. Pero le acuñaron el término Hard Pop y lo conseguían en cada rola aunque ni se acercaran al pop que conocemos. Acá una chula sesión de XEXP para que lo escuchen si no se recuerdan o si nunca los habían escuchado, que es muy probable.
Comments